sábado, 9 de diciembre de 2006

Una tarde en Cartagena

Ayer, después de muchos años volví a Cartagena. Ya me había olvidado de su gran riqueza arquitectónica y cultural. Mi tío dijo "salimos a primera hora"; salimos a las 11 de la mañana. Se corrió un poco la primera hora.

Caminé por la zona amurallada y disfruté de varios años de historia que todavía se mantienen en pie. Cartagena es una ciudad demasiado hermosa

El hecho es que la pasé muy chévere, pasee por el centro histórico, alimenté a las palomas de la plaza y compré dulces típicos de la región. Lo único que no me gustó fue que la playa estaba infestada de vendedores; mangos, raspados, masajes, cocteles de camarón, aguas, gaseosas, pasteles, shakiras y juguetes inflables estaban a la orden del día. Y creen que uno tiene la obligación de comprarles algo; como si uno hubiera firmado un contrato cuando llega la ciudad.

Por otro lado, hoy , me vi con una ex-primípara (Laura Puente) y me comí una deliciosa miloja en el Buena vista.

Hoy, entre otras cosas,

- Me levanté como a la 1 de la tarde
- Me vi con una ex-primípara (Laura Puente), Lauris, la pasé rico echando carreta contigo
- Me comí una deliciosa miloja en el Buena vista.

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