domingo, 19 de noviembre de 2006

Ciertas dudas

Siempre que salgo de rumbear (como si lo hiciera muy a menudo) pienso, al final de la noche, que no debería volverlo a hacer. ¿Qué hace uno en una fiesta? en resumidas cuentas: bailar y tomar. No me gusta hacer ninguna de las dos cosas, luego ¿qué hago rumbeando?, nada.

Aunque no debo negar que últimamente he bailado bastante (no en calidad, en cantidad proporcional al número de horas que antes baillaba: cero) y que a veces le encuentro algo de diversión, no me siento del todo agusto haciéndolo. Bueno, ayer se traró de una ocasión especial; Diana cumplía años y fui, básicamente, a acompañarla.

Estoy pensando seriamente en regresar a mi anterior vida de rigidez mental. Eso sí, antes nadie me robaba la seguridad que me brindaba la (efímera) tranquilidad de vivir una vida formal y no real. Pero viviendo este desorden, a pesar de todo, docificado encuentro que hay cosas que no quiero dejar de vivir. ¿cómo negocio? Lamento no poder controlar mi ubicación espacial en los planos de mi vida; o en el extremo de no hago nada , o hagamóslo todo, y a al mismo tiempo.

Ya veremos qué pasa

No hay comentarios: